Por Jorge Savia. Amílcar Vidal peleará el 19 de junio en Houston y, con un “sparring” en la valija, viajó en mayo a prepararse en Miami
El invicto Amílcar Vidal continuará su ascendente carrera de 12 triunfos consecutivos, 11 de los cuales fueron por nocaut, volviendo a pelear en Estados Unidos, esta vez en Houston, donde el próximo sábado 19 de junio enfrentará a Immanwuel Aleem, un neoyorquino de 27 años que reside en Richmond, estado de Virginia, figura 6° en el ranking estadounidense del peso mediano, y ostenta un récord de 18 victorias, dos derrotas y otros tantos empates, con el detalle de que 12 de sus imposiciones se registraron por la vía rápida, lo que indica que el poder de sus manos es al menos respetable.
El uruguayo de 25 años ya peleó dos veces en Estados Unidos: el 15 de noviembre de 2019 en Sloan, en el estado de Iowa, le quitó el invicto al texano Zach Prieto, a quien le ganó por KOT a los 2’59” del primer round; y el 14 de noviembre de 2020, esta vez en el famoso Staples Center de Los Ángeles venció al hasta entonces también invicto texano Edward Jeramie Ortiz al 1’58” del segundo asalto.
Pese a la contundencia de esos dos triunfos fulminantes, conseguidos en cada caso tras un período de casi dos meses de concentración y entrenamiento llevado a cabo con la compañía y bajo la conducción de Richard Vidal -técnico y hermano de Amílcar- en el “campamento” del entrenador estadounidense Freddy Fundora en Coachella, ciudad californiana situada a 214 kilómetros al Sureste de Los Ángeles, el “team Vidal” cambiará radicalmente la fórmula de preparación aplicada antes, aunque la misma volverá a realizarse en Estados Unidos, motivo por el cual los Vidal viajaron hacia dicho país 12 de mayo.
Siempre con la orientación de Sampson Lewkowicz, manager uruguayo radicado en Estados Unidos desde hace casi 50 años, los Vidal no irán de nuevo a California, donde el boxeador compatriota hizo duros “guanteos” con calificados sparrings como el renombrado marfileño Michel Soro; el invicto uzbeko Bektemir Melikuziev, que estuvo para enfrentar a Serguey Kovalev cuando la pandemia obligó a la cancelación del combate; y otros tres invictos estadounidenses de primer nivel como Sebastián Fundora, Jonathan Esquivel y Juan José Barajas.
En esta oportunidad, el púgil y su hermano harán la preparación de la pelea con Aleem en Miami, más precisamente en el “campamento” del reconocido colombiano Germán Caicedo, técnico de Luis “King Kong” Ortiz, el peso pesado cubano que peleó dos veces por el título mundial contra Deontay Wilder cuando éste aún estaba invicto y era una máquina de aniquilar rivales, y en ambas pareció estar cerca de dar un batacazo fenomenal, pues perdió por KO tras haber ido al frente en las puntuaciones de los jurados.
Los Vidal ahora introducirán otra novedosa variante para la preparación de la próxima pelea en Houston: llevarán con ellos a la cálida Miami a Mateo Cetraro, un “sparring” de 18 años con el cual el invicto compatriota ha entablado una gran amistad a partir de la circunstancia de que no sólo es compañero del gimnasio de José Serrato entre San Petersburgo y Bruselas, como también de las carreras y los trabajos físicos realizados en los canteros centrales de la avenida Dámaso Antonio Larrañaga, sino que es con quien tiene un mayor entendimiento en los exigentes “guanteos” que lleva a cabo en forma cotidiana.
Cetraro llegó en 2017 al gimnasio de los Vidal de la mano de su abuelo Nicola, ex coordinador del programa “KnockOut a las Drogas”, tras un fugaz pasaje por Villa Española, y luego de haber jugado al fútbol y al básquetbol, e incursionar también en el atletismo, donde compitió en velocidad y salto largo.
El juvenil, además, es alto como Amílcar Vidal, pues mide 1,82; su peso anda en el entorno de los 71 kilos, aunque Richard Vidal asegura que “puede dar los 69 sin ningún tipo de dificultades”; y lo más importante de todo, tal vez, es lo que señaló este último: “Es muy aplicado”, al punto que vive con sus abuelos en Shangrilá, pero tiene “cero falta” en el gimnasio.
Además, algo que no es un detalle menor para sumarlo a la cruzada a Miami: el “sparring” está terminando la secundaria, no descuidará los estudios por el viaje pues “debo una materia de 5° y dos de 6°, voy a dar los exámenes cuando vuelva, y mientras las sigo por Zoom porque no hay clases presenciales”, pero tiene fuego y pasta de boxeador: “Tengo pocas peleas como amateur, pero la idea es algún día hacerme profesional”, reveló Cetraro, acerca de quien Richard Vidal agregó que “hasta ahora no perdió ninguna y ganó algunas por KO”.
“Si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo”, dijo Albert Einstein, pero Amílcar y Richard Vidal introducen ahora una variante al pensamiento de uno de los más reconocidos físicos del siglo pasado: tras los períodos de entrenamiento que el boxeador afrontó en California antes de los triunfos conseguidos en las dos peleas que hizo en Estados Unidos, el invicto y su hermano irán junto al amigo y sparring de confianza a preparar la pelea del 19 de junio frente al neoyorquino Immanuwel Aleem en el Caicedo GymSports en Miami, un gimnasio con habitaciones amuebladas sobre el cual el entrenador colombiano, conocido por su alto nivel de exigencia, ha dicho alguna vez: “Aquí no es exactamente el Hilton, tienes tu propio espacio, pero al final del día es un gimnasio y también es tu casa; no quiero que sea un lugar donde que los boxeadores lo traten como un trabajo de medio tiempo, donde dejas a tu hijo en la escuela, vienes a entrenar y luego te vas a casa”.
Hacia ahí, pues, volaron Amílcar y Richard Vidal junto a Mateo Cetraro el 12 de mayo.